Una vida de celebración significará para mí:
- Gozoso como un niño hecho a imagen de Dios, y pasado de muerte a vida por la obra salvadora de Jesús mi Señor. Recordando con alegría que mi nombre en el registro eterno de Dios eclipsa cualquier registro de mis escasos logros.
- Deleitándose en el incomparable valor de conocer a Cristo Jesús. A su vez, apostaré mi valor en su deleite en mí y, basado en ese amor, me regocijaré en la compañía de InnerCHANGE como un anticipo de la comunidad celestial que me espera.
- De fiesta con Jesús cuando pone una mesa de banquete para los necesitados. Me regocijaré en el privilegio de sentarme junto a los que el mundo hace últimos, pero Dios hace primeros, como signo de su Reino al revés. Escucharé el eco del regocijo en el cielo cuando aquellos entre quienes ministro entren en la luz o incluso den un pequeño paso adelante, y me recordaré a mí mismo que la celebración persistente hace retroceder el poder del enemigo.
- Considerando todas las cosas como pérdida, descubro que no tengo nada de qué arrepentirme, y al ganar a Cristo, encuentro que tengo todo para celebrar. Recibiré con gratitud el misterio del cuerpo y la sangre de Jesús en la mesa puesta ante mí.
Celebraré la luz de Cristo
en un mundo de tinieblas
la vida de Cristo
en una cultura de muerte
la libertad de Cristo
en un reino de cautiverio
y la esperanza de Cristo
en una era de desesperación
Me gozaré siempre y en todo daré gracias.